#20 HD 209458 b (Osiris)

En el post de hoy os venimos a hablar del exoplaneta HD 209458 b. ¡Comencemos!

HD 209458 b, más conocido como Osiris, es uno de los exoplanetas más importantes de la astronomía moderna. Su descubrimiento y estudio marcaron un antes y un después en la investigación de mundos fuera del Sistema Solar. Se encuentra a unos 159 años luz de la Tierra, en la constelación de Pegaso.

Osiris es un Júpiter caliente: un planeta gaseoso del tamaño de Júpiter pero extremadamente cercano a su estrella. Orbita a solo 7 millones de km de ella, mucho más cerca de lo que Mercurio está del Sol. Su período orbital es de apenas 3,5 días, lo que significa que su "año" dura menos que una semana terrestre.

  • Tipo de planeta: Júpiter caliente
  • Masa: 0,69 masas de Júpiter
  • Radio: 1,38 radios de Júpiter (está "inflado" por el calor)
  • Temperatura estimada: alrededor de 1.000–1.400 °C
  • Distancia a su estrella: 0,047 UA

HD 209458 b fue el primer exoplaneta en el que se detectó una atmósfera. Esto se logró gracias al método de tránsito: cuando el planeta pasa por delante de su estrella, parte de la luz atraviesa su atmósfera y permite analizar su composición.

Además, fue el primer planeta en mostrar signos claros de evaporación atmosférica. Su atmósfera está siendo arrancada por la intensa radiación de su estrella, formando una especie de cola de gas que recuerda al mito de Osiris, motivo por el que recibió ese nombre.

En Osiris se han detectado elementos como hidrógeno, oxígeno, carbono y sodio. El planeta pierde miles de toneladas de gas cada segundo debido al calor extremo y al viento estelar. Se estima que tiene una gigantesca nube de material escapando, como si fuera un cometa gaseoso descomunal.

HD 209458 b es clave para la ciencia porque permitió por primera vez estudiar con detalle la estructura térmica y la composición química de un planeta extrasolar. Desde su detección, se han observado muchos otros, pero Osiris sigue siendo uno de los mundos más analizados por telescopios como Hubble, Spitzer y, más recientemente, el James Webb.

El estudio de Osiris abrió la puerta a la espectroscopía de exoplanetas, técnica esencial para detectar agua, dióxido de carbono, metano y otros compuestos en atmósferas lejanas. Gracias a él, hoy la astronomía puede acercarse un poco más a responder una de sus mayores preguntas: ¿hay mundos como la Tierra capaces de albergar vida?

¿Lo conocíais? ¿Qué os ha parecido? ¡Os leemos en los comentarios!

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