En el post de hoy os venimos a hablar de un reptil marino prehistórico. ¡Comencemos!
El Cartorhynchus lenticarpus es un fósil único que ha arrojado nueva luz sobre la evolución de los ictiosaurios, un grupo extinto de reptiles marinos que habitaron los océanos durante el Mesozoico. Este espécimen fue descubierto en 2014 en China y es considerado uno de los primeros ictiosaurios conocidos, destacando por sus características anatómicas que lo colocan como una forma de transición entre los reptiles terrestres y los ictiosaurios completamente acuáticos.
El Cartorhynchus lenticarpus era un reptil de pequeño tamaño, aproximadamente 40 cm de largo, mucho más pequeño que sus descendientes marinos gigantes. Su nombre proviene de dos elementos claves de su anatomía: “lenticarpus” hace referencia a sus muñecas flexibles, mientras que “Cartorhynchus” significa “hocico corto”. Estas adaptaciones sugieren que, a diferencia de los ictiosaurios posteriores que eran nadadores completamente acuáticos, este reptil probablemente pasaba parte de su vida en tierra y parte en el agua.
Lo que hace que el Cartorhynchus lenticarpus sea tan importante es su condición como un "eslabón perdido" en la evolución de los ictiosaurios. Mientras que la mayoría de los ictiosaurios posteriores estaban completamente adaptados a una vida acuática, con cuerpos hidrodinámicos y extremidades modificadas en aletas, el Cartorhynchus presenta características primitivas. Sus miembros delanteros, aunque aplanados, todavía conservaban cierta flexibilidad que sugiere que este animal podía moverse en la tierra, quizás para buscar comida o escapar de depredadores.
Otra característica interesante es su hocico corto, lo cual sugiere que su dieta podría haber consistido en organismos blandos, como pequeños moluscos, en lugar de los peces y calamares que los ictiosaurios posteriores cazaban con sus hocicos alargados y dentados.
El descubrimiento del Cartorhynchus lenticarpus ha proporcionado una ventana crucial a cómo los ictiosaurios hicieron la transición de reptiles terrestres a criaturas completamente marinas. El fósil sugiere que este grupo comenzó como pequeños reptiles que podían moverse tanto en tierra como en agua, y gradualmente se adaptaron a una vida enteramente acuática. Estas transiciones evolutivas, como las de los cetáceos modernos, son de gran interés para los paleontólogos porque permiten rastrear cómo los organismos se adaptan a entornos radicalmente diferentes a lo largo de millones de años.
El Cartorhynchus lenticarpus vivió hace unos 248 millones de años, durante el Triásico temprano, poco después de la extinción masiva del Pérmico-Triásico, el evento de extinción más devastador en la historia de la Tierra. El hecho de que este animal aparezca tan pronto después de este evento sugiere que los ictiosaurios surgieron rápidamente en respuesta a los cambios en los ecosistemas marinos.
¿Lo conocíais? ¿Qué os ha parecido? ¡Os leemos en los comentarios!
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