Bombardeo de Gernika


El bombardeo de Gernika, un pequeño pueblo en el País Vasco, el 26 de abril de 1937, se ha convertido en un símbolo indeleble de la brutalidad y el sufrimiento causados por la Guerra Civil Española. Este ataque, llevado a cabo por la Legión Cóndor alemana y la Aviación Legionaria italiana que apoyaban al bando franquista, fue un acto devastador que dejó una marca indeleble en la historia y la memoria colectiva. 


El bombardeo de Gernika no fue simplemente un asalto militar; fue un intento calculado de aterrorizar y desmoralizar a la población civil. Durante tres horas, la ciudad fue sometida a un infernal torrente de bombas incendiarias y explosivas, dejando un paisaje de destrucción y caos en su estela. fascistas. El 85 por ciento de los edificios de Gernika, 271, fueron totalmente destruidos y el resto parcialmente afectado. Las bombas incendiarias provocaron un incendio que no pudo ser sofocado en varios días. Las fábricas de armamento y el puente de Errenteria, únicos objetivos estratégicos de la villa, no fueron bombardeados. 

Pero en medio de la oscuridad, el bombardeo de Gernika también inspiró una respuesta global. La famosa pintura de Pablo Picasso, "Guernica", capturó el horror y la angustia de ese día, convirtiéndose en un poderoso símbolo del anti-fascismo y la lucha por la paz. El bombardeo también llevó a un despertar de la conciencia internacional sobre los horrores de la guerra y las atrocidades cometidas contra la población civil. 

Hoy en día, el bombardeo de Gernika sigue siendo un recordatorio impactante de los costos humanos de la guerra y la importancia de preservar la memoria histórica para evitar que tales tragedias se repitan. Además, el legado de Gernika resalta la necesidad constante de trabajar en pro de la paz, la justicia y la protección de los derechos humanos, en un mundo que a menudo enfrenta conflictos y desafíos similares.

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